De vuelta en el Santuario, por su impertinencia, los tres santos son castigados por dos santos de oro, Ox de Tauro e Izou de Capricornio. Luego estos se preguntan por que aún no ha renacido Athena y al observar la armadura (cloth) de Copa se dan cuenta que ésta refleja el futuro: la historia, entonces, se traslada a 1990, donde Saori Kido se encuentra acompañando a un agónico Seiya en silla de ruedas. Al aparecer Shun, el santo de Andrómeda, Saori le explica que Seiya sufre los efectos de la espada invisible de Hades, la cual traspasará su corazón en tres días; por lo tanto, decide pedir ayuda a su hermana Artemisa, diosa de la Luna, para viajar al pasado y así salvar a Seiya. Con sus armaduras puestas, Saori y Shun marchan al Templo de Artemisa, encontrándose con una vieja bruja llamada Hécate, quien exige cabello de Saori a cambio de guiarlos. Al aceptar la propuesta, los jóvenes logran llegar al templo, siendo atacados violentamente por las «satélites» comandadas por Calisto (sirviente de Artemisa), no obstante, la diosa acepta recibirlos y le informa a Atenea que ella y Apolo sólo vigilan el correr del tiempo, mas no lo pueden controlar, función que sólo Chronos puede cumplir. Así, Shun y Atenea, guiados nuevamente por una rejuvenecida Hécate, parten en busca de Chronos; sin embargo, Calisto, temerosa de que Atenea cause la ira de los dioses, ordena a La Scoumoune y a sus satélites que acabe con ella. Shun, al sentir que eran seguidos, se enfrenta a las satélites y las derrota, pero cae herido por La Scoumoune, siendo salvado gracias a Ikki de Fénix, su hermano, quien luego desaparece. Posteriormente, Shun, Athena y Hécate llegan a un misterioso lago en el que reside Chronos: el portal del espacio y el tiempo, el cual los absorbe, los separa y los envía al pasado.
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